Wong Tai Sin (o Huang Chu-ping que vendría a ser lo mismo), del siglo IV, fue convertido en divinidad en Heng Shan (la Montaña del Pino Rojo o el Pino Rojo Inmortal). Se dice de él que padeció la pobreza y el hambre, y que se hizo pastor a la edad de ocho años. Que a los quince comenzó a practicar el taoismo debido a que conoció en su pueblo a una persona inmortal. Como todas las deidades tienen sus historias o leyendas (que a veces nos pudieran parecer algo exageradas), en el caso de Wong Tai Sin se dice que cuarenta años después de abrazar el taoísmo fue capaz de transformar piedras en ovejas.
Si hay un templo popular entre los jonkonitas, sin duda ese es Wong Tai Sin, también conocido como Sik Sik Wong Tai Sin. Popular por ser hogar de tres religiones como el taoísmo, el budismo y el confucianismo. Famoso por su enclave céntrico y su entorno natural. Famoso y concurrido quizá por su emblema “conceder todos los deseos que se pidan”. Se honra en el templo al monje del mismo nombre pero ¿cómo llega hasta Hong Kong y por qué de esa veneración?. Pues resulta que un sacerdote taoista (Liang Ren-an) llevó un retrato de dicho monje desde Guangdong hasta Hong Kong. Se comenta que el sacerdote una vez establecido en Wanchai hizo un altar, después una tienda de hierbas medicinales, pero sobre todo, que en la parte trasera de la tienda los clientes podían rezar a Wong Tai Sin para resolver y curar sus dolencias. Quizá hubo una curación y la gente empezó a creer. Esto sin embargo no fue lo definitorio sino que lo fue un incendio en la tienda de Wanchai. Liang recibió un mensaje en 1921 de Wong Tai Sin dándole instrucciones para construir un nuevo santuario. Se pusieron a ello Leung y sus seguidores y el santuario comenzó a tener oficios el día 20 del séptimo mes lunar. Todavía hoy podemos contemplar el retrato en Wong Tai Sin y podemos honrarle con ofrendas y ruegos pidiendo buena fortuna mediante artes adivinatorias.
Feng Shui en Wong Tai Sin
Si eres un apasionado o un entendido del Feng Shui, o aunque no lo seas como es mi caso, en el templo se aprecian y observan estructuras que representan a los cinco elementos geománticos: el metal (Pabellón de Bronce), madera (el Salón de los Archivos), el agua (la Fuente Yuk Yik), el fuego (Santuario Yue Heung) y la tierra (el Muro de Tierra). Pero si un lugar resalta sobre los demás es es el colorido Jardín de los Buenos Deseos. Normalmente es un templo muy concurrido pero si decides visitarlo durante la celebración del Año Nuevo Chino entonces vivirás y serás partícipe de un auténtico espectáculo de ofrendas y predicciones.
Al visitar el templo llaman la atención, sobre todo para el visitante menos ducho en las artes divinatorias, los pequeños locales de “lectores del futuro”. Muchos de los visitantes al templo lo hacen para visitar alguno de los puestos, para que le informen de su futura ventura. Los palitos de la fortuna son removidos en un cubo de bambú hasta que sólo queda uno. Este último palito se cambia por un papel con el mismo nombre, el cual se lleva al adivinador para que interprete la fortuna que va a tener el devoto. Eso ya no está en tus manos.