Hay lugares que visitas pensando que, por alguna razón o por muchas al mismo tiempo, te van a encantar. Lugares de los que nadie te ha hablado mal y aunque resulte extraño (pocos sitios de los que todo el mundo habla bien resultan fascinantes) desde la primera vez que me acerqué por la zona quedé prendado. Pocos sitios hay que me gusten tanto en Hong Kong como Tai O. Sí, me gusta descubrir lugares menos conocidos pero al mismo tiempo también me acerco a algunos de los más turísticos, y soy capaz de disfrutarlos. Y mucho. No es que vaya sino que algunos me maravillan como el caso de Tai O. En mis años por la ciudad lo he visitado una y otra vez, de esos lugares que me atraen y sólo con pasear por sus calles me siento a gusto. Se siente un sitio especial. Un sitio de esos únicos. Eso si, con el paso de los años el bullicio ha ido creciendo. Las calles principales, sobre todo en fin de semana, se llenan de gente que hace que el lugar pierda un poco de encanto. Para poder disfrutarlo plenamente, lo mejor es alejarse un poco de la multitud, recorrer las calles más apartadas del centro o acercarse por Tai O entre semana, cuando el pueblo mantiene toda su esencia intacta.

La Venecia de Hong Kong

Será la fama de la Venecia de Asia, o el avistamiento de delfines rosas (aunque parecen blancos, ¿o es al revés?), o su comida callejera, o ese aroma a pueblo antiguo, el caso es que no sólo a mi, sino que Tai O atrae a muchísimos visitantes, tanto extranjeros, como turistas y locales. Todos queremos disfrutar de sus cientos de palafitos habitados todavía por gran cantidad de familias, de su cultura peculiar, de ese aroma a pueblo de pescadores, de los pescados secos salados, de su naturaleza y de su tranquilidad (aunque esta cada vez sea menor). Por haber hay incluso en Tai O un hotel histórico en una antigua estación de policía. Es Tai O de esos lugares que te enamoras desde el primer momento.

Los canales, todavía navegables, ofrecen una vista diferente de su belleza y hacen de Tai O un lugar singular y único dentro de Hong Kong. Las casas de metal en los canales, eso si, cada vez más modernas y equipadas, llaman la atención y confieren al lugar un ambiente genuino. Y cruzar por alguno de sus puentes ofrece unas vistas únicas de la unión del agua con las viviendas. Imposible no quedarse prendado del lugar.

Perderte por las callejuelas de Tai O es una de las cosas más recomendables para hacer en Hong Kong, debería estar en el número 1 de la lista las páginas de viajes. Una experiencia increíble. Ver las construcciones sobre el agua, observar los baños construidos en palafitos al lado de las viviendas, muy básicos pero cuidados y con un encanto original. Un verdadero placer que me llevará a descubrir a su vez algún templo chino y algunas edificaciones peculiares a las que por lo general se les presta poca atención. Casi siempre, lo más interesante de los sitios está justo a la vuelta de la esquina, saliéndote de las calles principales. Además antes o después terminas encontrándote así que ¿por qué no perderse durante horas por sus seductoras calles?