Pocos lugares hay tan tradicionales en Hong Kong como Yuen Long. Hablamos de un territorio muy extenso en el que encontramos edificios nuevos resplandecientes con sus modernos centros comerciales. Pero no es esto lo que más atrae de Yuen Long, al menos a mi. Lo que te atrapa son sus villas antiguas, aldeas donde llevan viviendo generaciones y generaciones de familias. Pueblos donde la gente se conoce, se saluda y charla sentados a la puerta de sus casas por el mero hecho del placer de la conversación.
En escasos metros caminando pasas del mundo de las edificaciones modernas a lugares fortificados con cañones a la entrada para su defensa. Yuen Long abarca gran cantidad de aldeas y lugares que se me mezclan en la mente (y en el plano). Pocos datos puedo aportar sobre la localización de cada una de las villas. Creo recordar haber deambulado por Tai Kiu Tsuen y ver como jugaban a las cartas cuatros señoras de las que dicen de avanzada edad pero que a mi me parecen simplemente mayores (no pasa nada por ser mayor, muy al contrario. Parece que ser mayor está mal visto y se dedican a avanzarte la edad a la gente). Puede que pasease por Sai Pin Wai y observase los antiguos balcones de sus casas. Podría ser que entrase en un templo después de cruzar un río y que viese una antigua pawnshop, que vendría a ser una casa de empeño, pero que en inglés suena con más enjundia. Lo seguro es que terminamos el día en un barco de madera cruzando un río en Sang Wai. El barco más fascinante de todo Hong Kong. Habrás montado o habrás oído hablar de las maravillas del famoso Star Ferry que cruza de Kowloon a Central y viceversa. Olvídate, la barca de Sang Wai es infinitamente más interesante. Tan fascinante es la experiencia que no tengo palabras para definirlo. Lo mejor es ir, hacer la cola pertinente, montarte en el pequeño barco y cruzar el río, sino es como no haber pasado por Hong Kong.
Con muchos, con pocos o sin plan alguno, puedes acercarte a la zona, bajar en la estación de metro de Yuen Long y perderte por el barrio. Dejarte llevar por el instinto, por alguna indicación o por el color de los edificios. O dejarte llevar, a parte del instinto, por Pelu, el mejor profesor de español de Hong Kong y apasionado de estos lugares. Puede que encuentres villas centenarias, mujeres jugando a las cartas, callejuelas que no llevan a ningún sitio más que a donde llevan o restaurantes locales con comida exquisita a precios asequibles. Lo que es seguro es que descubrirás un Hong Kong al que mucha gente no presta atención pero que te fascinará como me fascinó a mi. Un día por el Yuen Long menos conocido que difícilmente podré olvidar. Pensaba que Hong Kong poco más me podría sorprender, pero una vez más lo ha vuelto a conseguir.